Corría el minuto 41 de la primera parte en el partido entre Dinamarca y Finlandia cuando Christian Eriksen se desvaneció sobre el terreno de juego, dejando en vilo al mundo entero.
El cuerpo médico entró inmediatamente a la cancha para reanimarlo, mientras sus compañeros de equipo, entre lágrimas, formaban un muro frente a él para que las cámaras no pudieron captarlo.
Ante esta situación, la UEFA tomó la decisión de suspender definitivamente el partido:
Después de varios minutos, que se sintieron como eternidad, Eriksen abandonó el terreno de juego en camilla y aparentemente consciente. Reportes de la misma UEFA indican que el jugador fue trasladado al hospital, donde lograron estabilizarlo.
El mundo del futbol reza por Christian Eriksen.